El Camino del Norte es la tercera ruta más popular del Camino de Santiago. El recorrido ofrece, además de verdes y hermosos paisajes costeros y el azul del mar, la posibilidad de conocer las cosmopolitas ciudades de San Sebastián y Bilbao.
En el País Vasco podrás admirar bellas ciudades junto a sus ríos y mares. Ejemplo de ellas son Hondarribia e Irún, puntos de partida del Camino del Norte; San Sebastián y su playa de La Concha; los antiguos puertos de Zarautz y Getaria; la Guernika de Picasso; y finalmente la muy moderno Bilbao con su Museo Guggenheim.
El Camino del Norte en Cantabria atraviesa lugares y paisajes verdaderamente únicos. También muchos sitios con una historia milenaria, donde destaca la famosa Cueva de Altamira y otras cuevas prehistóricas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A lo largo del recorrido podrás conocer majestuosos monumentos como el Palacio de la Magdalena de Santander, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana o el Capricho de Gaudí de Comillas, además de pintorescas localidades turísticas como Santillana del Mar, un pueblo medieval perfectamente conservado y reputado como uno de los más fascinantes de toda España.
La ruta a través de Asturias conecta castillos e iglesias medievales, puentes romanos y acueductos, monasterios y paisajes de gran belleza natural. Y es en Asturias donde comenzó la tradición de la peregrinación cuando en el siglo IX el rey Alfonso II El Casto partió de la catedral de Oviedo hacia Galicia para confirmar el descubrimiento de los restos de Santiago.
Finalmente en Galicia, no dejes de descubrir sus numerosos puentes medievales, conocer los tradicionales depósitos de granos llamados hórreos y los señoriales pazos. En Ribadeo, la primera ciudad gallega que encontrarás, puedes visitar el castillo y el fuerte de San Damian, la iglesia de Santa María do Campo que, según la tradición, fue fundada por el mismo San Francisco; el Monasterio de San Salvador se destaca en Lourenzá; en Mondoñedo, la catedral y el palacio episcopal nos hablan de un pasado fundado en la religión y en Vilalba, la Torre de los Andrade, de 40 metros de altura y de forma octogonal, recuerda su pasado feudal.